En aquella comarca había unos pastores que dormían al aire libre. De pronto un ángel del Señor se presentó ante ellos y la gloria del Señor los envolvió. Quedaron sobrecogidos de gran temor. El ángel les dijo: “No tengáis miedo. Vengo a anunciaros una buena nueva que traerá alegría a toda la nación: hoy en la ciudad de David os ha nacido un Salvador, es El Mesías, el Señor. Gloria en los cielos a Dios y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad”. Lc. 2, 8-14