Masada (también escrito Massada o Masadá) es un yacimiento arqueológico que comprende los restos de varios palacios y fortificaciones que se localizan en la cumbre amesetada de una montaña aislada en la región oriental del desierto de Judea, próxima a la costa sudoccidental del mar Muerto, y dentro de los límites del Concejo Regional de Tamar, en el Distrito Meridional de Israel.
Masada es conocida por su destacada importancia en los compases finales de la primera guerra judeo-romana (también conocida como la Gran Revuelta Judía), cuando el asedio de la fortaleza por parte de las tropas del Imperio romano condujo finalmente a sus defensores a realizar un suicidio colectivo al advertir que la derrota era inminente. En la actualidad, Masada es un importante destino arqueoturístico, a la vez que posee una gran carga simbólica para el nacionalismo judío, como uno de los postreros episodios de afirmación y resistencia nacional antes de la definitiva diáspora. La fortaleza de Masada y su entorno fueron declarados parque nacional de Israel en 1966, formando parte de la Reserva Natural del Desierto de Judea desde 1983, y del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde el año 2001.
La época de Herodes.
Tras la conquista romana de Judea por Pompeyo, Herodes utilizó la fortaleza de Masada para albergar a su madre Cypros, su prometida Mariamne y su hermana Salomé durante la invasión parta del año 40 a C. de Judea,11 antes de dirigirse hacia Roma para solicitar apoyo contra los partos y sus aliados judíos, liderados por Antígono Matatías. La familia de Herodes, apoyada por una guarnición de 800 defensores al mando de su hermano José,12 tuvo que afrontar un asedio de las fuerzas partas, agotando sus reservas de agua hasta el punto de que José decidió huir con doscientos seguidores hacia territorio nabateo; no obstante, la misma noche señalada para la huida una lluvia providencial llenó las cisternas, de forma que pudieron resistir más tiempo.
En Roma, Herodes consiguió el apoyo de los triunviros Marco Antonio y Octaviano, quienes lo presentaron ante el Senado y defendieron allí su resistencia a la invasión parta y la traición de Antígono, tras lo cual el Senado le otorgó el título de rey de Judea.14 Sin contar apenas con ayuda militar de los romanos, Herodes volvió a Judea, que había sido abandonada por los partos pero que aún era controlada por los fieles de Antígono. Desembarcó en Ptolemais y con un ejército de extranjeros y judíos invadió la provincia por la Galilea, conquistando Jope antes de dirigirse a Masada para rescatar a su familia; después de una breve guerra civil, en el año 37 a C. asedió Jerusalén ayudado por las tropas romanas de Cayo Sosio, tomando la ciudad y apresando a Antígono, que fue enviado a Marco Antonio y decapitado.
Una vez controlada Judea, y ante la amenaza que suponía el incipiente expansionismo de la vecina reina Cleopatra VII de Egipto (amparada por Marco Antonio), Herodes decidió fortificar Masada, aprovechando sus excelentes condiciones geográficas (aislada en el desierto de Judea y alejada de núcleos habitados) y sus defensas naturales, rodeada como estaba por infranqueables acantilados. Otra de las funciones de Masada fue como posible refugio frente a su propio pueblo, ya que la mayoría de los judíos detestaban a Herodes por su origen idumeo, por restablecer el dominio romano y por eliminar a los últimos asmoneos. También habría de servir como lugar de descanso personal y para albergar visitas de otros dignatarios que pudieran disfrutar con las impresionantes vistas del desierto de Judea, del oasis de Ein Guedi, del mar Muerto y de las montañas de Moab.